Andaluz mira tus campos
Como un desierto olvidado
Siendo las mejores tierras
Y tu gente sin trabajo
Sin tener quien te recuerde
Y de todos marginados
Grita que tu voz se oiga
Despierta de tu letargo
Demuestra al mundo que existes
Y pon tu bandera en alto
Que tienes en tu poder
De todos lo más preciado
Porque por mucho que digan
Si Andalucía se muere
Todos estarán acabados
Demuéstrale tu valía
Y que eres necesario
Que lo mismo que el primero
Tienes que ser respetado
Que algunas míseras lenguas
No critiquen con razón
Que nos gusta la miseria
Nos gusta ser humillado
Demostrar con energía
Que no es cierto lo que han dicho
Que nos sentimos agusto
Hincando nuestra rodilla
Delante del señorito
Que esa visión miserable
Que del andaluz se han hecho
Se borre ya para siempre
Sabiendo decir quien eres
Y cuales son tus derechos
Poema publicado a petición de su autora que ha solicitado permanecer en el anonimato.
A la autora anonima : "...
ResponderEliminarQue no es cierto lo que han dicho
Que nos sentimos agusto
Hincando nuestra rodilla
Delante del señorito ..."
Aqui en Andalucia hay muchos andaluces que se sienten muy agusto hincando la rodilla en tierra delante de una "señora", pero de madera.
Ojala algun dia los todos los andaluces seasmos con dice este precioso poema.
¿El señorito? ¿Dónde está el señorito? No, desde luego, en el campo, que es una ruina. El señorito de hoy, de postín, se guarece bien bajo las siglas de un partido que se dice obrero y de un sindicato que se llama de clase. Allí está el señorito. Los andaluces, los extremeños, castellanos, gallegos, murcianos y demás españoles levantaremos cabeza cuando nos dén el mismo trato que a otros, con el chantaje de la leche de su supuesto hecho diferencial, que además es mentira y carece de fundamento.
ResponderEliminarPor cierto, la rodilla sólo la inclinamos al nombre de Jesús, donde toda rodilla se doble, y ante la señora "de madera" elevamos nuestra mirada de súplica y amor, sabiendo que desde el Cielo nos escucha, a ver si este borde comentarista deja de ofender. Así no vamos a ninguna parte.
¿Quiere saber dónde están los señoritos? Vaya a la iglesia de Santa María y fíjese en los que se dan golpes de pecho. Esos son los señoritos. Los mismos de la "cebonera", como los llamaban nuestros abuelos, y que abusaban todo lo que podían y más del hambre que pasaban los jornaleros.
EliminarOiga Vd., creo que en Santa María está seguro su madre dándose golpes de pecho, como mujer devota, como tantos y tantos hijos de este pueblo, de cualquier clase y barrrio, que imploran a su Virgen. Ojalá Ella logre calmar esta penosa situación.
EliminarVd. sueña con el atavismo de la cebonera, porque lo que Vd. añora es el templo, no de Santa María, sino de Lenin, Stalin o el pringao del Fidel Castro.
Bajo el Caudillo, los españoles, que veníamos del hambre, ganamos en patria, pan y justicia. Ahora con los señoritos de los pesebres de los partidos y más si son de izquierda y autonomías de costes insostenibles, vamos a pasar, no lo quepa dudas, de la opulencia a la hambruna. Ya lo veremos, ya lo estamos viendo.
El señorito de hoy es el empresario despota, que trata a sus empleados como basura. Haciendoles suplicar de rodillas para conservar su trabajo, aguantando humillaciones y menosprecios, por que sino, "hay cientos de parados en la calle que matarian por este trabajo".
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