lunes, 20 de abril de 2009

No gracias, ya tengo bastantes vicios.

Por Perro Viejo.
Cuenta un amigote que un día que llamó a su puerta la clásica pareja de testigos de Jehová haciendo postulación de su credo, ante la oferta de hacerle partícipe de la bienaventuranza del Sumo Hacedor se le escapó: ¿Creer en Dios? No gracias, ya tengo bastantes vicios.
No sé si la expresión de este amigote tiene algo que ver con la marxista “la religión es el opio del pueblo” pero lo que si es cierto es que ambas tienen plena vigencia. En esta sociedad supuestamente tan secularizada tenemos días festivos de carácter religioso, los retoños se bautizan y hacen la primera comunión, en las escuelas se dan clases de religión, se mantienen los privilegios a no se sabe cuántos miles de curas, obispos, monjas, etc., se nombran barrios y calles con todo el panteón cristiano y se cortan para que jóvenes penitentes se destrocen el espinazo paseando santos, los gobernantes juran sus cargos con un crucifijo como testigo y un montón de manifestaciones más que han de soportar con resignación “cristiana” y bajo amenaza de muerte civil, los que no comparten el hecho religioso.
En nombre de la sacrosanta tradición se encubre y se alimenta la imbecilitas civitatis, donde la ciudadanía hace dejación de sus derechos y sobre todo, de su inteligencia, depositándolos en unas instituciones que a través de los siglos han dado claras muestras de lo fácilmente que se manchan las manos de sangre en cuanto tienen la posibilidad de ejercer el poder, o que, más recientemente, han sido y son pilar fundamental de los regímenes más dictatoriales y sanguinarios (la España franquista, la Italia fascista, las dictaduras de Argentina, Chile, etc.).
Resulta ridículo ver en las manifestaciones de fe colectiva, a nuestros próceres enfundados en sus trajes y portando varas, medallas, escapularios, insignias y demás oropeles y zarandajas, dándose codazos para salir junto a la autoridad espiritual en una nube de incienso, olvidando que representan a toda la población: a los que tienen fe y a los que no, a los que tienen esta creencia o aquella, y mostrando un absoluto desdén para los que no profesan el credo oficial, sin preguntarse siquiera si pueden sentirse molestos cuando ven que los que tenían que mantener la neutralidad fideista a ultranza, aparecen como figurantes de la parafernalia religiosa.
No obstante, con el inevitable discurrir de los tiempos las necesidades psico-religiosas han mutado y las respuestas y bálsamos tradicionales ya no son tan eficaces como antes, por lo que la adaptación a los nuevos tiempos no resulta tan fácil y produce frustración, así que de vez en cuando, como animal herido que asesta su último zarpazo, el espectro religioso se erige de nuevo como autoridad moral, intentando influir en un cuerpo social que ya no le pertenece, eso sí, envuelto en conveniente victimismo.
Pero si no teníamos bastante con nuestra sinrazón autóctona, ahora hay que sumarle las foráneas: unas, hijas de la misma madre y otras, del Dios que ni siquiera tiene rostro, y a las que se les dará el mismo tratamiento para intentar justificar lo injustificable, y seguir sosteniendo a la que durante siglos hemos padecido en aras del principio de igualdad.
¿Creer en Dios? No gracias, mejor una copa de racionalidad.

8 comentarios:

  1. Que gran verdad un gran articulo enhorabuena.

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  2. Quisiera que me explicara un poco mejor el penúltimo párrafo. ¿Qué son las sinrazones foráneas? Gracias

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  3. ¿ Y por qué confundes el concepto de Dios con el folclore religioso? No has leído el estupendo artículo del teólogo. La crisis, creo, te está haciendo perder hasta la fe. No la religiosa sino la vital: " Dum vita est spes est". Decía Cicerón que podrías escontrar cualquier pueblo sin nada menos sin religión. ¿ Por qué contradices tu propia esencia? Cuídate, aunque ese Dios en el que no crees ya te habrá perdonado pese a que lo traicionamos o lo crucificamos cada vez que nos peleamos con el mundo. Por cierto, pese a tu Jehovo-fobia o tu
    xenoJhaveísmo, creo que son gente encantadora, al menos las que conozco de esta Ciudad.
    Por cierto, el raciocinio fue el que dio motivos a Descartes para creer en ese Dios.

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  4. Soberbio artículo ¡ Para nosotros, el PVC, ver a un edil procesionando varita en mano, es la antítesis de la representación democrática de sus paisanos... debió salir descalzo ¡

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  5. me dais pena no en el sentiddo que estais pensando mas de uno si no por lo poco tolerantes que sois yo no soy comunista ni socialista sin envargo me tengo que aguantar por muchas cosas ideologicas y las respeto y no las ataco de forma sobervia y rencorosa haya cada uno con sus ideas

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  6. que verguenza que recentido asi nos va en este nuestro pais

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  7. Nos intriga de los que suponemos creyentes han dejado su honorable opinión sobre el articulo, saber si Juliano el Apóstata pensó lo mismo que nosotros "¿saben escribir sin faltas de ortografia los cristianos?" Ese Dios en el que creen debe de estar muy preocupado... PVC

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  8. No es creíble, pues, si no no hubiera permitido que el actual Papa, Su Santidad Benedicto XVI, lo fuera, ya que es un excelente lingüísta y exegeta. P or lo que se se V e del penúltimo C omentario, es vuestra la propia intriga de la "vanitas" lo que os impele a la réplica con tintes pseudoateos. No es la ortografía física la importante sino la ortográfía moral, ésta úlitma es plural y generosa como la bondad, ergo eso sí que podría preocuparle a Dios : las faltas de Amor al prójimo, no simples signos comunicativos que, a veces, por muy bien escritos que estén, su vacuidad los desmerece. Saludos Por Vuestro Comentario. Por algo Valioso se Comienza a labrar la Viña...

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