Apuntes sobre un libro

La aparición del nuevo libro “Carmona Tricolor” ha sido todo un éxito, a tenor de la demanda de ejemplares, la asistencia de público a la presentación oficial y la repercusión de contenidos, tanto dentro como fuera de la localidad. Como coautor del mismo sólo me cabe dar las gracias a todos los que de alguna manera han contribuido a hacer realidad un proyecto que se inició hace más de cinco años y que poco a poco adquirió cuerpo definitivo con el esfuerzo compartido de Antonio Lería. Aprovecho pues esta columna de opinión para agradecer las decenas de congratulaciones que nos llegan por Internet y para dar acomodo a algunos apuntes que iré intercalando en próximos encuentros.

Este compromiso lo realizo, como ya dije el pasado catorce de abril, por la cantidad de información que queda acumulada en nuestro archivo particular, que no se refleja en el libro por razones de extensión y oportunidad, y por responder a interrogantes que algunos paisanos hacen con respecto al trabajo. Así pues, voy a centralizar en esta sección de La Voz de Carmona toda la demanda informativa que a cada uno le interese del contenido, curiosidades u otros aspectos de “Carmona Tricolor”. Sólo un par de aclaraciones: Nunca respondo a anónimos y que la libertad de expresión tiene como premisa y frontera el respeto al interlocutor. Fuera de ellas, está la papelera.

Dicho esto, señalo dos cuestiones colaterales y de interés en la presentación del libro. La primera, la acertada propuesta del alcalde de Carmona, Antonio Cano, en dignificar a los miembros del Comité de Defensa de Carmona, constituido el dieciocho de julio de mil novecientos treinta y seis; último órgano democrático institucional carmonense que cayó bajo las armas de la sublevación fascista-militar. Y una segunda, realizada personalmente la semana pasada a Francisco José Salazar, Comisario de la Junta de Andalucía para la Memoria Histórica, en la que solicité, entre otras cuestiones para Carmona, la declaración de Ciudad Patrimonio de la Memoria Histórica por su permanente iniciativa en este campo. Recordemos que, sin ley de por medio, el Ayuntamiento de Carmona, presidido por José Luis Balboa, exhumó, en mil novecientos ochenta y dos, los cadáveres de fusilados existentes en fosas comunes, y dignificó su sepultura en el entonces nuevo cementerio. (“La Tricolor” de 21 de marzo de 2009”). Que bajo la presidencia de Sebastián Martín Recio, se levantó un monolito y busto en honor del alcalde republicano Curro Elías, y se abrieron foros de encuentro, debates y publicaciones de memoria histórica. Y que, con el actual y susodicho regidor, se continúa esta política ampliada con el compromiso, previo concurso de ideas ya dilucidado, de erigir un monumento a las víctimas del holocausto en Carmona.

Y puestos a dar respuesta o apuntes al interés de los lectores del libro “Carmona Tricolor” y de “La Voz de Carmona", vayan estas primeras:

Imagen: 1. Manuel Gómez Montes, Jefe de la Policía Local de Carmona. 2. José Sabín Pérez (izq.), Mayor de Milicias, impone el banderín a la mejor compañía de la 77 Brigada Mixta. 3. Antonio García Lería, miembro fundador del PSOE en Carmona.

El Comité de Defensa de Carmona fue creado por razones de emergencia y de seguridad ante las noticias alarmantes sobre el golpe militar. Su composición abarcaba a todo el arco político local republicano con una presidencia interina, ya que el alcalde se encontraba en Madrid. Su lugar lo ocupaba el brazo derecho y hombre de confianza, Manuel Gómez Montes, jefe de la Policía Local. El matiz cívico-militar del comité dio lugar a que sus miembros fuesen el máximo exponente de juventud y mando de los partidos y asociaciones representadas. El más joven tenía veinticinco años; dos de ellos, veintinueve, y el mayor, treinta y dos. Su objetivo principal fue la seguridad en las calles, además de la requisa de armas, municiones, y comestibles para abastecer la demanda de posibles refugiados.

El final de los cuatro jóvenes fue muy dispar. El republicano Gómez Montes, no huyó de Carmona, por lo que fue detenido y encarcelado por los sublevados. Fue fusilado el veintidós de septiembre, dos meses después del golpe militar. La inscripción de defunción en el registro civil se hizo en diciembre de mil novecientos cuarenta, figurando la muerte con fecha diciembre de mil novecientos treinta y seis y como consecuencia de: “Operaciones militares habidas en esta ciudad”. Varios familiares descendientes son actualmente vecinos de Carmona.

El joven representante comunista, Rodríguez Mallado, se unió a los centenares de carmonenses que huyeron el mismo día veintidós de julio de mil novecientos treinta y seis, tras la entrada de las tropas sublevadas. Su pista la perdemos hasta las declaraciones de un testigo en causa recogida en el Tribunal Territorial número dos de Sevilla. Así conocemos que este miembro del Comité de Defensa fue localizado por última vez en Málaga cuando numerosos efectivos de columnas milicianas se repartían por todo el frente de la sierra malagueña en enero de mil novecientos treinta y siete. En un llamamiento, a través del “Periódico de Carmona”, localizamos a una sobrina, único familiar vivo del que tenemos constancia en Carmona.

Sobrevivieron a la contienda civil José Sabín Pérez y Antonio García Lería. Ambos fueron condenados en consejos de guerra a reclusión perpetua. Sufrieron varios años en diversas cárceles españolas y posteriormente destierro. Barcelona fue la ciudad que acogió a los dos dirigentes políticos carmonenses hasta sus últimos días. Antonio murió en mil novecientos sesenta y cinco, mientras que Sabín llegará a conocer el nuevo orden democrático hasta mil novecientos ochenta y siete. Numerosos familiares viven hoy en Carmona.

Tiempo de cierre. Toca leer el libro. Que lo disfruten.