Ver las calles de España con las tripas fuera, justo antes de las elecciones, es burlarse del votante. ¿Por qué no se ha asfaltado, adoquinado, arreglado acerados, o renovado los desperfectos del inmobiliario urbano, hace cuatro años, o tres, o dos? ¿Por qué no se ha acometido tanta obra poco a poco?, para no molestar al ciudadano, durante meses, cuando llevan los niños al colegio, o cuando van al trabajo, o cuando vuelven a casa, si es que aún conservan el puesto de trabajo. Es ridículo, ignominioso, comprar votos sembrando las calles de España de chalecos reflectantes, para hacernos creer que vuelve a florecer el trabajo, y que, con un lifting chapucero a las ciudades de media España, los votantes “tragamos”. ¿Qué se ha hecho durante tres años? Es una falta de respeto a la inteligencia de los ciudadanos. Eso no es amor por tu patria, eso es reírte del personal. Poner a un país boca abajo tres meses antes de unas elecciones no es un curriculum meritorio, como mucho, vergonzoso. Todo el mundo sabe que, en cuánto pasen las elecciones, desaparecerán todos los mimos y remozos a que ha sido sometida España. Dejaremos de ver esa media docena de personas adecentando cada metro de calle, y volverán las oscuras cifras del paro en tu urna sus votos a colgar. Ahora bien, si nos aseguráis de que esto funciona así, por cojonescracia, habrá que modificar la ley electoral, y convocar elecciones todas las semanas. Los domingos votamos, y de lunes a viernes campaña electoral, arreglando farolas, remendando desperfectos, sonriendo a destajo al ciudadano…o inaugurando pantanos. Que no, que vuestra respuesta a esto ya no cuela. Veamos vuestra respuesta:
- ….es que… no somos nosotros los que liberamos las partidas de dinero para estas obras, son de…los gobiernos autonómicos…de los otros partidos…
Vale, pues ni una foto más, ni un eslogan más, ni un “ESTO LO HAGO YO” más, atribuyéndoos esas obras y mejoras. Aprended de una puta vez, que el que va a votar tiene cerebro, y no es un estúpido que te cede su confianza cuatro años por tres meses de sueldo mínimo, y dos brochazos al paso de cebra más cercano a su casa. Que antes de que ustedes gobernaran, aunque os parezca mentira, España respiraba, mejor o peor, pero había llegado hasta ahí, y seguirá haciéndolo, aunque ahora sea impensable para vosotros, cuando os vayáis.
En este país, la derecha, a diferencia de la izquierda, tiene un problema que aún no ha reconocido, la falta de autocrítica. Si en la izquierda hay tantas opciones, vías, y nombres válidos, no son más que el fruto del respeto al tesoro más preciado que tenemos las personas: el pensamiento. Disentimos, cambiamos el voto, escuchamos, y actuamos según nos dicta el pensamiento, no el gerifalte de turno.
En el último parrafo se te ve el plumero, Manuel Martinez; Te pregunto: ¿ La izquierda tiene autocritica?, Venga ya, Manuel. No ves, La junta, ¿No está dando subvenciones Susana?.Para dar lecciones hay que tener muy limpia la mente, y creo que Vd. no la tiene.
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