viernes, 21 de marzo de 2014

Así no podemos seguir.

Por Ramón Rodríguez Gómez.

Vivimos en un mundo lleno de contradicciones dramáticas, esta semana por ejemplo leemos en la prensa que científicos descubren el Gen causante de la obesidad, todos los años además surge el debate de la mala alimentación que tienen nuestros niños y niñas en edad escolar, lo que nos lleva a una lucha por tener una dieta responsable que eviten posteriores problemas de sobrepeso. Leemos y vemos en nuestras propias casas como cada día se desperdicia, cantidades importantes de comida, además tenemos tal variedad de productos alimenticios que, en ocasiones cuesta decidir lo que queremos en esos pasillos enormes de los supermercados. Vivimos en un planeta donde la tecnología permite comunicarte en tiempo real con otras personas en cualquier parte del mundo y conocer con minutos de diferencia cualquier noticia importante que pueda ocurrir. Gracias a la globalización, quién la inventaría, podemos vivir en directo desde el sofá de nuestra casa, guerras, manifestaciones, caídas de gobiernos, asesinatos, represiones, desgracias, luchas.... La vida transcurre tan rápidamente que, por ejemplo, parece que fue ayer cuando comenzó la guerra de Siria y ya van más tres años cumplidos. Todo es aparentemente importante, nos volcamos en las redes sociales y al poco eso mismo parece que ha desaparecido y otra cosa ocupa su lugar. Hace nada estábamos indignadísimos leyendo las noticias de las armas químicas en Siria, parecía que se iba a terminar con el régimen de terror en este País, cuando un compromiso de destruirlas por parte de ese mismo Gobierno Sirio que las usaba, tranquilizó al mundo comprometido por la paz. El envío de observadores para comprobar como destruían los arsenales químicos terminó de apaciguar ánimos. Resultado; pueden seguir guerreando con las pistolas, fusiles, bombas y demás aparatos convencionales, como si eso no matara.

Como decía, en este mundo tan lleno de incongruencias y contradicciones, donde por continuar con los ejemplos se es capaz de batir el récord de trasplantes en un día en nuestro país salvando a 45 personas, o donde puede llegar una ambulancia en menos de quince minutos al lugar de un accidente, o bien se puede salvar a una persona de un infarto interviniendo en menos de diez minutos desde que ocurrió. Y todo esto nos da tranquilidad, desarrollo y calidad de vida, pero me pregunto ¿para qué? Y también pregunto por qué en un mundo globalizado, impulsor del desarrollo tecnológico y económico, en este mundo que somos capaces de hacer tantas cosas positivas, mueren cada día 19.000 niños y niñas, si, cada día y además por causas evitables. De esos 19.000 muertos, 6.400 diarios son a causa del hambre. Un mundo donde, según el Informe de Naciones Unidas, Uniceff y Salve The Children, 1.000.000 de niños murieron durante el año 2012 en las primeras 24 horas de su nacimiento, ¡¡¡ Un millón de niños !! y seguimos sentados en el sofá de casa. Una cifra que se eleva hasta los 2,9 millones, casi los tres millones de niños y niñas, que mueren antes de alcanzar la edad de los cinco años. La malnutrición materna provoca partos prematuros y el fallecimiento del niño o la niña por falta de asistencia. A estas causas le siguen la asfixia del bebé, las infecciones durante o después del parto, y una lagar lista de males. Y lo peor de todo esto es que, cada una de esas causas es prevenible y evitable. ¿Más datos? Nigeria, 14 de cada 1000 mueren en el primer día de vida, y 19,4 durante el parto. Sierra leona, 18 de cada 1000 y 13,9 durante el parto. Somalía 16 de cada 1000 y 14 durante el parto. Guinea Bissau 16 de cada 1000 y 13,7 durante el parto...podría seguir así con Afganistán, Bangladesh, República Democrática del Congo, Leshoto, Pakistán, Angola.....haciendo una dramática media con estos diez países nos dan 14 niños y niñas de cada 1000 que mueren en su primer día. No quiero seguir con más cifras pero apuntad el último dato que doy; 6,6 millones de niños y niñas murieron antes de cumplir los cinco años, ¡seis millones y medio de niños y niñas!. Siente uno nauseas y un tremendo nudo en la garganta cuando anotas estas cifras. Cuando escribo este articulo literalmente las lagrimas fluyen porque cada uno de esos niños y niñas está sobre las conciencias del mundo desarrollado y contradictorio que describía, sobre cada uno de nosotros.

Vivimos bien, muy bien si nos comparamos con ellos que son personas como nosotros, aún así necesitamos dedicar días, como el de hoy, contra el racismo para recordar que no somos una raza superior, para que no se olvide que el racismo es una forma cruel de vivir como personas, para educar a nuestros hijos e hijas y que estos sean capaces de pensar diferente, de sentir diferente. Cuando gritamos que todos somos iguales, es complicado a veces creerlo, ¿de verdad pensamos que todos somos iguales?, ¿nos comportamos como si lo fuéramos?.

Duele que se queden en solo cifras dramáticas, en datos numéricos. Tengo cuatro hijos y mi hija pequeña de tan solo 19 meses de edad pesa 10 kilos, cinco kilos más que una niña de cinco años de cualquiera de los países que he mencionado. Y algunos piensan que es un asalto a nuestras fronteras el salto de la valla, y tenemos que seguir leyendo comentarios de que aquí no cabe más gente, que vienen a quitarnos el trabajo y la dignidad, comentarios como el del Presidente Imbroda de Melilla diciendo que: “así no podemos seguir” que hay que pasar por encima de las minorías que cuestionan a la Guardia Civil y la actuación del Gobierno, esas ONGs, hay que acabar con la inmigración clandestina”. Este es un mundo globalizado que no somos capaces de digerir, vivimos al lado de un continente donde 6.400 niños mueren al día por hambre, aún así todavía hay personas que son racistas por creerse superiores y hablan de desarrollo y soluciones en origen, sin saber siquiera que es eso.

La vida transcurre rápido si, pero mucho más para estos niños y niñas a los que solo les dura un día, un año, dos....y los más fuerte quizás lleguen a los cinco, Claro que hay que gritar: ¡Así no podemos seguir!.

Ramón Rodríguez Gómez, Día contra el racismo, 21 de Marzo de 2014

4 comentarios:

  1. el arriba firmante23 de marzo de 2014, 0:00

    Me parece que es muy sencillo la apelación al sentimiento que el autor hace para que nos unamos a sus denuncias, y que conste que estoy de su lado, pero sus afirmaciones son fácilmente rebatibles desde la razón, y como eso sería largo, me permito sólo un pensamiento: en el mundo actual, en vez de apuntar al sentimiento de la gente para apoyar causas nobles, es mejor clamar para que esa misma gente, nosotros, con nuestro comportamiento a todos los niveles, forzemos a los poderosos -gobiernos y demás- a responder en la línea que deseamos, lo demás son cantos al cielo.

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    1. Gracias por estar de mi lado, pero no apelo a ningun sentimiento, solo me limito a expresar el mio a nivel personal. Como presionar a los poderosos si esos que ostentan ese poder son los que mantienen el mundo en este equilibrio lleno de sin razon? Sentimientos dices cuando hay millones que mueren de hambre y que hacemos nosotros a titulo individual...Estoy de acuerdo contigo claro, el cambio ha de comenzar por uno mismo y creer en el para que sea efectivo, a partir de ahi habra que luchar y pelear por lo que consideremos justo. Gracias por opinar en este tema, todos deberiamos, cuando quieras hablamos e intercambiamos opiniones, seria estuoendo. El autor,

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    2. el arriba firmante27 de marzo de 2014, 17:09

      Opiniones como la tuya son contradictorias, porque con las cifras das a entender algo muy lógico: la desigualdad en el mundo pero ¿quieres también hacer una llamada a cada cual? ¿en el fondo no es una especie de "acusación", algo así como que nosotros, los habitantes del primer mundo, somos responsables de los males del resto? Yo estoy de acuerdo en que, en general, el primer mundo es responsable de las desigualdades, pero me niego a sentirme responsable o culpable de ello, lo sería si con mi comportamiento directo -si fuera un empresario con fábrica en la India, etc-, pero eso no es así. Lo que si digo es que con mi comportamiento puedo cambiar u obligar a cambiar las cosas: por ejemplo mirando que si compro algo fabricado en, por ejemplo, Bangladesh no lo haya sido por niños sino por trabajadores con derechos como los nuestros; puedo también pedir a nuestras empresas que en sus fábricas en otros países traten a sus trabajadores de forma justa, pedir a nuestros gobernantes ese 0,7% para el desarrollo y que sea efectivo, y así muchas cosas.

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    3. Ramón Rodríguez.28 de marzo de 2014, 11:58

      Es un debate que no tiene debate......a ver, estamos hablando de lo mismo, dices que mi opinio es contradictoria, para nada lo es, claro que somos responsables de lo que ocurre si no hacemos nada, con nuestro silencio estamos aceptando que ocurra. Si tu haces lo que dices, reclamar un consumo responsable y justo, ya estás haciendo algo, si todos y todas comenzamos a exigir, consumir responsablemente, y dar ese 0,7% seguro que las cosas comenzarían a cambiar. Igual tu a nivel personal no te sientas responsable, yo si, y como tal he escrito el articulo. Si tu no te sientes identificado haces bien en expresarlo y en continuar con esa lucha a nivel individual que estás haciendo e intentando que ese ejemplo cunda. Hay que organizarse en esa lucha y comenzar a realizar cosas, al menos así lo siento yo. Por otro lado el ofrecimiento de hablar sigue en pié, no me gustan los "anonimos" estos, de hecho nunca los uso. Un saludo.

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