Eureka, por fin, hemos descubierto por qué la sangre de la monarquía es azul, a diferencia de la de los plebeyos, que la tenemos colorá. Son los sentimientos, el amor, las emociones, quienes tiñen nuestras entrañas, y nuestra sangre. La de la infanta no podía ser más que azul, como su príncipe, casi como los billetes de 500. Lo ha dicho claro y alto, mire usted casi cuatrocientas preguntas le hizo el juez, y a la mayoría respondió con YO CONFIABA EN MI MARIDO. Eso es amor, para que luego se devanen los sesos los poetas intentando describirlo. Amor no es suspirar, amor es que cuando te presenten facturas falsas Y tú no veas otra cosa que EL AMOR POR TU MARIDO. Su sangre es azul porque es el color que, según la cromoterapia, ayuda a mejorar los miedos, y a cicatrizar las quemaduras, que no te enteras juez Castro. Su sangre es azul porque el azul relaja y despeja la mente, de ahí la sonrisa giocondina que lucía al entrar y salir del matadero. En fin, como dijo Miquel Roca, abogado de la INFAMIA, perdón de la Infanta, y uno de los padres de la Constitución:
── Ha quedado claro, que todos somos iguales ante la ley.
Con padres así, mejor quedarse huérfanos. Pero volviendo a la cromoterapia, también quedó claro porque los rojos somos rojos, por la impotencia, por el encabritamiento permanente a que nos somete esta indecente justicia española, porque Coca Cola echa a sus trabajadores porque tiene beneficios (paradojas de la vie), porque la monarquía, aunque ha doblado su rodilla, no es más que un poco de reuma, y sigue arriba, y porque encima, el que la infanta fuera a declarar, nos costó el avión, la policía, el corte de una calle, el bocata del receso, las horas de tele pública, y luego pa Ginebra, que el cachas te va a hacer esta noche el amor como nunca, por lo bien que te has hecho la tonta.
Como pa no tené la sangre colorá.
Estimado Manuel, ¿de verdad crees que se esperaba algo así como una confesión del tipo "mi marido es un estafador y yo también soy culpable"? La infanta ha dicho lo que se esperaría de cualquier cónyuge de un acusado: "yo no sabía nada". Esperar lo contrario es como esperar que nuestra presidenta vaya ante la juez Alaya y se sume a la acusación de los ERE falsos y deje a su antecesor Griñan como un golfo, o que el presidente del gobierno dimita porque la gurtel y Bárcenas le salpican y se vaya directamente a acusarse. Nada nuevo hay en esta justicia española donde todos los de arriba se tapan, donde los procesos se eternizan y al final se vuelven injustos de tanto que han tardado.
ResponderEliminarPor cierto, la infanta ha ido a declarar ante un juez de primera instancia, como iríamos tu y yo, no ante un Tribunal Superior como iría un diputado, para que luego digan que todos somos iguales.... pero algunos son más iguales que otros, y no precisamente la infanta es de éstos últimos.