Como tras toda buena comida, llega el momento más amargo, toca pagar la factura. Aunque el banquete no ha terminado todavía, los comensales paran un momento y preguntan al camarero a cuánto asciende la factura hasta el momento.
219.397 millones de euros, indica el camarero tras un largo rato haciendo cuentas.
Impactante, pero esperen que le ponemos ceros para que puedan valorar algo mejor la magnitud de la cifra: 219.397.000.000. ¿Qué? Imposible. No, no lo es. Pero, ¿A cuánto tocamos cada español? Pues vamos a hacer cuentas. Sumar es fácil, la ardua tarea la ha realizado Gurushuky intentando encontrar la información, y me temo que no ha sido nada fácil.
La factura la podemos dividir en tres bloques.
Inyecciones de capital + EPA (Esquema de Protección de Activos).
En el primer caso encontráis desglosadas las inyecciones directas de capital a los bancos con problemas -falta de liquidez del circuito bancario, escasez de financiación mayorista, deterioro de los activos (préstamos, hipotecas, líneas de crédito concedidas) en los balances, incremento de la morosidad, disminución del negocio bancario- y en el segundo -EPA-, capital destinado -un aval otorgado por el FROB- a proteger a las entidades que “tuvieron” que quedarse con bancos al borde de la muerte (léase Sabadell con CAM, o La Caixa con Banco de Valencia), y que cubre sus potenciales pérdidas. Por tanto, si la cartera de créditos del banco adquirido se deteriorase, sería el Estado vía FROB quién asumirá el grueso de las pérdidas -si no ningún banco las hubiera comprado-. Es cierto que no se sabe si tendrán que hacerse efectivos los EPA, pero de momento está contemplado en la factura pues un banco en pérdidas vendido a un euro (usando el ejemplo del banco de Valencia) no parece que por arte de magia vaya a salir de la chistera habiendo eliminado su riesgo a futuras pérdidas. Por tanto, debido a la elevada probabilidad de que se produzcan las potenciales pérdidas, estas garantías se incluyen en la factura.
219.397 millones de euros, indica el camarero tras un largo rato haciendo cuentas.
Impactante, pero esperen que le ponemos ceros para que puedan valorar algo mejor la magnitud de la cifra: 219.397.000.000. ¿Qué? Imposible. No, no lo es. Pero, ¿A cuánto tocamos cada español? Pues vamos a hacer cuentas. Sumar es fácil, la ardua tarea la ha realizado Gurushuky intentando encontrar la información, y me temo que no ha sido nada fácil.
La factura la podemos dividir en tres bloques.
Inyecciones de capital + EPA (Esquema de Protección de Activos).
En el primer caso encontráis desglosadas las inyecciones directas de capital a los bancos con problemas -falta de liquidez del circuito bancario, escasez de financiación mayorista, deterioro de los activos (préstamos, hipotecas, líneas de crédito concedidas) en los balances, incremento de la morosidad, disminución del negocio bancario- y en el segundo -EPA-, capital destinado -un aval otorgado por el FROB- a proteger a las entidades que “tuvieron” que quedarse con bancos al borde de la muerte (léase Sabadell con CAM, o La Caixa con Banco de Valencia), y que cubre sus potenciales pérdidas. Por tanto, si la cartera de créditos del banco adquirido se deteriorase, sería el Estado vía FROB quién asumirá el grueso de las pérdidas -si no ningún banco las hubiera comprado-. Es cierto que no se sabe si tendrán que hacerse efectivos los EPA, pero de momento está contemplado en la factura pues un banco en pérdidas vendido a un euro (usando el ejemplo del banco de Valencia) no parece que por arte de magia vaya a salir de la chistera habiendo eliminado su riesgo a futuras pérdidas. Por tanto, debido a la elevada probabilidad de que se produzcan las potenciales pérdidas, estas garantías se incluyen en la factura.
La Sareb (o Banco malo) y el FAAF (Fondo de adquisición de activos financieros).
Adquisiciones por parte del Estado de activos de la banca. O lo que es lo mismo, los marrones –activos que nadie quiere y encima están sobrevalorados- para el Estado, pues sus facturas tocan entre muchos más a repartir. Por supuesto, esta parte de la factura no es a fondo perdido, pues el día que se empiecen a vender esos activos/marrones el Estado recuperará parte. Repito, parte.
Deuda emitida por entidades financieras avalada por el Estado.
¿Por qué se incluye en la factura? O mejor dicho, la pregunta es ¿Por qué avala el Estado esa deuda si no es propia, si no de los bancos? Porque si no, no se hubiera colocado en el mercado, esto es, nadie la hubiera comprado por riesgo a no recuperar su inversión ya que no se fían de los bancos zombies (sí, muertos vivientes). El Estado tiene que avalar la operación para generar confianza a los inversores. Una vez más, esta partida está incluida en la factura por precaución. ¿Demasiado cautos? Nosotros damos unos datos, vosotros contestáis: la mayoría de estos avales respaldan deuda de Bankia, NovaCaixaGalicia y otras entidades cuya anémica situación es conocida por todos. ¡Ah! y además son entidades que han tenido que ser rescatadas. Curioso.
Entre tanto cálculo, ¡Casi se nos olvida! Ahora toca dividir a ver a cuánto tocamos cada español. Pues nada, son 4.975 € por cabeza.
Camarero: ¿Con efectivo o con tarjeta?
Comensales: Espere un momento, pensándolo bien, siga Usted sacando platos que ya vendrán luego nuestros hijos a pagar la factura…
219.397.000.000 € x 166'386 ptas = 36.504.589.242.000 ptas.
ResponderEliminarTampoco es tanto, este año hacemos la Comunión de la niña un poquito mas cortita y ya está. Mas se perdió en Cuba.
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