Altercado en Avda. La República esquina Reino de España.

¿Me escuchas Charly? Altercado en Avda. La República esquina Reino de España. (sacado de una escucha ilegal a la poli local dentro de unos años). Pobre Sta. Ana, tener que sacar sus santos por una avenida que les recordará la quema de conventos y el fusilamiento de miles de curas. ¡Qué menos que poner lacitos negros en los varales y pasar la calle a paso ligero! Porque claro, dentro de unos años habrá que sacar los santos por donde vive mas gente y no como hasta ahora que priman los pedruscos a los vecinos. Bromas capciosas aparte, dedicaremos este articulillo a la moda de poner nombres a las nuevas y escasas calles que conformarán la ciudad. Como siempre, le encargamos al estudioso de calles del PVC que nos pasara un informe. Esta vez nos ha tomado el pelo, se fue corriendo a preguntarle a Valentin... Pero bueno, algo nos ha dicho y hemos sacado nuestras propias conclusiones.

¿Quién ha de poner el nombre a una calle? Evidentemente el “pueblo soberano” que afortunadamente gracias a su magnánima maldad siempre acierta. Reservado queda a sus dueños el bautizo del nombre de las casas señoriales y demás palacetes. ¡Cualquiera le cambia el nombre a alguna! ¿Se imaginan que a algún edil se le ocurriera cambiar en el callejero la de “los Don Antonio Bienseñorito” por la de Don Antonio “Estraperlista” en recuerdo a cómo amasó su fortuna el aludido durante el año “la hambre”? Dicen en Carmona que el nombre de la mayoría de las fincas y haciendas locales están renombradas gracias al dicho popular y difícilmente podrán cambiar de nombre aunque si de “apellidos” cuando las venden... Bueno a lo que íbamos. Que ya el pueblo no le pone el nombre a nada (nadie haga ejercicio mental alguno, que la Sebastiana es apodo de origen socialista y no popular... jejeje) sino sus imaginativos ediles. Es gracioso como se han nomenclatado barrios enteros a base de “ea pués estas de romanos...” o estas de “flamenqueo”. Si decíamos antes de la imaginaria Avda. la República esquina Reino de España nos entra el descongojo con la actual Plaza de Roma, esquina calle Alcaparra o calle Tarantos. Tiene que ser lamentable con la ilusión y esfuerzo que les habrá costado a sus dueños sus casas que a su calle le pongan nada menos que Gaius Aurelius Valerius Diocletianus, para los amigos, legos y pueblo llano Diocleciano, uno de los mas sanguinarios dictadores de la Roma Imperial. Pero el colmo de la ignorancia lo tiene la calle “César Augusto”, en relación a la cercana Octavio ¡Eran la misma persona¡ Hombre, visto desde el punto vista histórico, más de uno pensará que no es que se merezca dos calles sino tres ¡Total, fue quien encarceló a pan y agua, hizo arrastrar y crucificó como a un vulgar criminal al mismísimo Jesucristo Nuestro Señor!. Para gran parte del PVC, todos buenos cristianosviejos, será uno de los nombres que borraremos del callejero de forma inmediata. Si esto que decimos es así ¿en que han pensado nuestros ediles para poner los nuevos nombres tan a la ligera y sin más? ¿Qué “señal” del destino les ha iluminado? ¿Fue un palomo de Sta. Ana quien se elevó en el cielo durante una visita a pie de obra y el resplandor de sus ojos le dijo al edil de turno “Has de llamar a esto Avenida de la Libertad, antiguo matadero de rojos y francmasones”? ¿Han querido homenajear a un paisano que recibiendo clases de adultos por la tarde llegó a Jefe de División en apenas tres años? ¿Habrá tenido algo que ver la última “misa negra” que se celebró allí hace unos meses? No lo sabemos, esto del nomenclátor pasará a ser un enigma más del compendio de la Carmona Misteriosa (¡Uy! Vaya idea que le acabamos de dar a la de Turismo...)