Desde el pasado miércoles día 10 de Junio, Carmona cuenta en su nomenclátor callejero con el nombre de los cuatro miembros que formaron el Comité de Defensa de la ciudad, en julio de 1936. La propuesta honorífica y de dignificación histórica fue aprobada por la mayoría del Consistorio con los votos favorables de los concejales del PSOE (10) y de IU (5), absteniéndose los concejales del PP (6). Las nuevas calles se sitúan en el enclave urbano de la antigua cooperativa olivarera, a escasos metros del centro histórico.Los carmonenses honrados en el nomenclátor fueron rescatados para la Memoria Histórica en el trabajo “Carmona Tricolor”, libro recién publicado en la localidad, obra de los autores Antonio Lería y Francisco Eslava.
Éstos son los nombres que se incorporan al viario carmonense:
Manuel Gómez Montes. Dirigente de Unión Republicana y Jefe de la Policía Municipal de Carmona. Fue fusilado el 22 /09/36
Antonio García Lería. Dirigente del Partido Socialista Obrero Español. Jefe de la Oficina Social del Ayuntamiento de Carmona. Sufrió prisión y destierro.
José Sabín Pérez. Dirigente comarcal de la Confederación Nacional del Trabajo. Bracero y operario de vías y obras. Jefe de División del Ejército Republicano. Sufrió cárcel y destierro.
Manuel Rodríguez Mallado. Dirigente del Partido Comunista de España y de la Unión General de Trabajadores. Albañil. Desaparecido en el frente de Málaga (1937)
Además otras dos calles de la misma urbanización llevarán el nombre de Democracia y República, que vuelven al nomenclátor tras más de setenta años suprimidas del mismo.
Acaba usted de revelar un dato historicamente interesante; si hubo Jefes de las Divisiones del Ejército Republicano que fueron meros braceros y operarios, dificilmente, por obvias razones, pudieron combatir a Generales experimentados y de academias sin tener en sus conciencias el saber que llevaban a una muerte segura a sus soldados. PVC
ResponderEliminareste señor es republicano? si lo es porque tiene en la fachada de su casa dos blasones?
ResponderEliminarHay mucha gente que perdió la vida como republicano, de carmona. ¿Por qué se le pone una calle a éstas personas? ¿Es lógico que una de ellas sea el padre del que ha escrito el libro?. Lo que interpretan como justicia histórica lo han convertido en justicia particular e interesada y como juego polìtico. Más de los mismo.......
ResponderEliminar...Que yo sepa el padre de Antonio Lería era D.José García Lería y se le conocía como "Lería el practicante", murió en 1.985 ( que me corrigan si me equivoco).
ResponderEliminarVeamos. El único fusilado por condena de un Consejo de Guerra fue el Sr. Gómez Montes, y como Jefe de Policía de Carmona, imponiendo su autoridad, evitó que los seguidores de los otros homenajeados prendieran fuego con gasolina a los detenidos en la "casilla" en la noche del 21 de julio de 1936, conocidas personas afectas a la Causa Nacional, y tomados como rehenes por los milicanos. En Arahal les dío tiempo a los rojos a quemar vivos a sus detenidos.
ResponderEliminarLa pertenencia a la masonería del Sr. Gómez determinó su condena, pese a las insistentes peticiones de indulto y perdón de los detenidos de Carmona.
Mal asunto, esto de recordar.
Miguel Hernández era cabrero y nadie duda de la calidad de su poesía y también fue fusilado.
ResponderEliminarPuntualizaciones varias para señores anónimos; (qué trabajito cuesta firmar lo que se afirma).
ResponderEliminarPor orden de fechas:
1º A una muerte segura iba todo aquel que se quedaba con los brazos cruzados mirando como los fascistas cometían el mayor genocidio de la Historia de España.
De José Sabín Pérez podríamos escribir un libro completo. Carmona, si lo conociera, se sentiría orgullosa de este hijo suyo. A pesar de ser bracero y operario de vías fue un intelectual autodidacta de primer nivel, fundador del ateneo libertario, escritor de varias obras de teatro, periodista. Llegó a Jefe de División por su preparación adquirida en combate y en las escuelas militares de la República, donde se iba a clase tras la lucha en las trincheras. Pida en el archivo General de la CNT copia del periódico "Espartacus" conocerá a través de escritos de su puño y letra a un gran hombre y a un excelente militar. Los mandos de Estado Mayor eran militares de carrera.
2º No hace falta que le confirme mi ideología. Efectivamente, en la fachada de mi casa tengo dos blasones (escudos de armas). Vaya al RAE y consulte, creo que usted confunde escudo de armas con Monarquía.
3º Se le ponen los nombres de estos señores a las calles por ser ellos los máximos responsables (Comité de Defensa) de la defensa de Carmona ante la emergencia nacional de una sublevación militar contra la Constitución Española y la República. Fueron los últimos representantes de la soberanía popular en Carmona y del Gobierno Republicano.
4º D. Antonio García Lería fue tío de Antonio García Rodríguez, conocido por Antonio Lería. Este historiador, amigo y compañero de trabajos de investigación histórica jamás ha solicitado una prebenda de honor para su tío. Pero es más, otro familiar suyo, el Teniente Lería, que tenía su nombre en el callejero de Carmona, también dio honor a nuestra ciudad a principios del siglo XX. Por desconocimiento municipal se cambió el nombre a la calle Teniente Lería.
Gran linaje el de los Lería. Así que Justicia Histórica por doble motivo.
5º Al Sr. Gómez Montes no se le hizo Consejo de Guerra alguno. Fue fusilado, sin más, por ser republicano y jefe de la policía. La persecución a la masonería vino después.
Los señores que usted dice que les salvó la vida, pudieron hacer algo más que convocar una misa en la catedral de Sevilla para dar gracias a Dios. Su ángel de la guarda fue Manolo Gómez, al que pagaron con el fusilamiento. Por cierto, los señores detenidos en la casilla, no eran rehenes de nadie, estaban en detención preventiva por orden de la autoridad, por pertenecer a un movimiento fascista, anticonstitucional y golpista. Usted mismo lo dice: Personas afectas a la Causa Nacional.
Si se identifica, le mando una fotocopia de la estampita del recordatorio de la misa.
Buen asunto, esto de recordar… con documentos
Al Sr. Gómez sí se le hizo Consejo de Guerra y fue condenado y desgraciadamente ejecutado, en cumplimiento del Bando de Guerra, por mor de la dichosa masonería, aunque las normas represivas de la masonería en efecto llegaron más tarde.
ResponderEliminarLos detenidos ni eran fascistas, ni siquiera falangistas si es a lo que Vd. se refiere, eran conservadores normarles y monárquicos, personas de orden y amantes de España, para los que la República había degenerado en una situación imposible. Es más, uno de ellos fue Alcalde de Carmona en algunos años de la República.
Me consta, por testimonio directo, que todos intercedieron por el Sr. Gómez y lloraron incluso al no lograr el indulto.
Mal asunto, ésto de recordar, después de treinta años de la transición. Buen juego para Zapatero y su crisis.
Bueno, pués nos toca réplica. Quede clarísimo que con el debido respeto a la persona de la que hablamos. 1º. De una muerte segura pensarian lo mismo los afines al Movimiento si se quedan con los brazos cruzados. 2º Reconocemos no tener ni idea de la vida y obra de ese Señor, pero a usted le decimos que los libros siempre son "completos" tengan el número de páginas que tengan. Un agujero es un agujero, no existen "medios agujeros". En todo caso existen "segundas ediciones mejoradas". 3º Alcanzar el grado de Jefe de División acudiendo a clases por las tardes nos parece poco serio. Le indicamos que a excepción de algunas grandes batallas de a mediados y final de la contienda, la Guerra Civil española no se distinguió precisamente por una guerra de trincheras como si lo fúe por ejemplo la I Guerra Mundial. 4º Es conocido por todos que una de las desventajas (numéricamente hablando) del lado Republicano fué precisamente la escasez de militares de carrera en sus diferentes graduaciones en comparación al bando "nacional". Es mas, algunos altos escalafones fueron ocupados por los que se lamaron "comisarios" que al fin y al cabo eran "civiles". En cualquier caso, flaco favor se le hace a nadie poniendole el nombre de una calle por méritos de guerra para que años después se le cambie. Por último, nosotros si firmamos nuestros escritos, PVC. Reciba un cordial saludo.
ResponderEliminarPaco y antonio...vuestro estudio y esfuerzo...sale al exterior.
ResponderEliminarhttp://www.elplural.com/andalucia/detail.php?id=35033
Lo que es una verguenza es que todo esto se haga con dinero público. La memoria histórica hará tener "memoria" en las próximas elecciones.
ResponderEliminarContestando al Sr. Anónimo que escribe sobre la muerte de Manuel Gómez.
ResponderEliminarÚltima contestación/aclaración que hago a lectores comentaristas anónimos de esta columna. La excepción viene dada por respeto a la memoria de D. Manuel Gómez Montes.
Señor lector:
1º.- Si está usted seguro que a Manuel Gómez Montes se le hizo un consejo de guerra, haga público el número del expediente del mismo; haría un gran favor a los investigadores y a la Historia. Como no existe tal expediente, porque no hubo consejo de guerra alguno, no tengo más remedio que decirle con todo respeto que falta a la verdad. Si quiere salir de dudas, o decirle a su informante que es un mentiroso, solicite en el Tribunal Territorial Militar nº 2 los expedientes de consejos de guerra seguidos contra personal de Carmona. Comprobará como fueron un total de cien los consejos de guerra que se abrieron contra nuestros paisanos. El listado con nombres y apellidos comienza por Manuel Alonso Paredes (legajo 8/ nº 5543) y acaba con el de Antonio Vega Martín (legajo 319/ nº 12329). Si necesita ampliación de consulta no dude en pedirla.
2º.-Siento mucho discrepar de su opinión respecto a que los señores detenidos en la casilla fueron todas “personas de orden…”. Pero como se trata de opiniones no voy a discutir sobre ello. No obstante, le aclaro que mi opinión viene apoyada por lo que ellos mismos manifestaron en numerosos documentos. Le doy algún ejemplo:
D. Arturo Camps Fernández, militante de Acción Popular, fue sargento segundo de requeté y donante de oro y joyas para la campaña fascista de Queipo de Llano. La autoridad republicana le confiscó diversas armas en su domicilio particular. Fue testigo voluntario de cargo en diversos consejos de guerra como el llevado a cabo contra José Sabín, al que acusó, entre otras cuestiones de ser “el autor material de la muerte de Emilio Villa Baena”. De todo el folio firmado por Camps como testimonio acusatorio, tan sólo dijo una verdad: Sabín “fue el alma de todo el movimiento revolucionario de Carmona y uno de los que dirigieron la resistencia hecha a las Fuerza Nacionales, que intentaron entrar en Carmona el día 21 y tuvieron que retirarse por el número de bajas que le hicieron los elementos marxistas de este pueblo” (Procedimiento sumarísimo de urgencia 532-1821. Folio 10. Auditoría General del Ejército del Sur). No sigo. Como verá el Sr. Camps fue “un hombre de bien” que fue capaz de cometer perjurio para condenar a otro hombre a la pena de muerte.
No continúo con la lista porque al repasar uno a uno los expedientes me dan nauseas y puedo aburrir al personal. Si quiere datos concretos, póngase en contacto personal, le pondré al corriente de afiliaciones y declaraciones acusatorias que hicieron estos “amantes de España” ante los tribunales militares para llevar al paredón a buena gente; además de donaciones y contribuciones a la causa fascista. Todo con documentos. No me imagino a ninguno llorando la muerte de Manuel Gómez Montes.
3º.-Hay que recordar, sobre todo, para conocer la verdad. Sea desde la Transición, o desde la Carmona Romana, lo contrario es vivir en el limbo, como Zapatero y su crisis.
A criterio del periódico, los comentarios no firmados en esta columna no serán publicados.
ResponderEliminarNo se trata, queridos redactores, de firmar o no firmar lo que se dice, sino de qué se dice. Hay una cosa que es activar la moderación y otra que se llama línea editorial, incluso hay otras que se denominan decencia y honradez intelectual (que suele estar relacionada con no mentir). Creo que con filtrar las soflamas neofranquistas, basta. Pero están en su derecho de proceder como crean. Quisiera aprovechar para, desde mi parterre fuera de Carmona, preguntarle a don Francisco si sabe algo o se ha planteado alguien quitar la placa que, en su día, dedicó un ayuntamiento de la dictadura a Emilio Villa, mención que apuntala uno de los mitos franquistas de nuestra localidad. El del "buen negociador" que fue asesinado. Esto último es la parte de verdad que tiene todo mito.
ResponderEliminarUn saludo para todos.
Le preguntamos Sr Eslava. Díganos, por cada expediente que usted ha consultado sobre Consejos de Guerra, que en definitiva la mayoria resultaron ser una pantomima ¿Cuantos Consejos ha encontrado usted de la otra parte? ¿Se inscribió la muerte del Sr Villa en los expedientes administrativos o judiciales de los Republicanos como una heroicidad? ¿O simplemente las ejecuciones de los "nacionales" no se relacionaban? Si tenian escuelas por la tarde como usted afirma para hacer Jefes de Divisiones, lo lógico es que tuvieran registros al igual que los "nacionales".
ResponderEliminarLos expedientes consultados por mi compañero Antonio Lería y un servidor, han sido múltiples y de diferentes archivos nacionales e internacionales.
ResponderEliminarComo usted sabrá, debido a la declaración del estado de guerra en la segunda división publicado el 29 de julio de 1936, todos los hechos de carácter violento pasaron desde ese momento a la competencia del Juez Militar.
Por tanto, la información de todos los sumarios está registrada en las causas archivadas en el Tribunal Territorial nº 2.
Gracias a la colaboración entre historiadores e intercambio mutuo de información, pudimos conocer el número y listado exacto de paisanos que fueron objeto de consejos de guerra. Naturalmente, leímos gran parte de ellos, los más significantes, porque salvo excepciones, sus contenidos son calcos unos de otros. Gracias a nuestro intenso trabajo, algunos carmonenses, familiares de encausados, perseguidos y asesinados pudieron conocer los expedientes y la verdad sobre la gran farsa de la justicia franquista.
En la zona republicana, no se declaró el estado de guerra hasta prácticamente acabada la contienda, por tanto; las juridicciones militar y civil, continuaron con sus competencias independientes. Por ello, las causas civiles se pueden consultar en los juzgados civiles y los militares en el suyo. Bueno, lo de consultar es un decir; si tiene usted suerte y están a disposición. Alguna consulta, después de seis años, sigue en espera; al igual que esperamos que se nos abran el archivo del Juzgado de Carmona.
No tenemos noticia alguna de la inscripción de la muerte de Emilio Villa en expediente republicano alguno, ni como héroe ni como villano, por razones obvias: Carmona cayó en manos rebeldes a los cuatro días del golpe militar y todas las actuaciones las llevó a cabo la jurisdicción militar sublevada. Como curiosidad le diré que el primer expediente abierto sobre Villa lo realizó el Juzgado Permanente Accidental, y fue instruido "en averiguación de por qué fueron enterrados los cadáveres de don Gregorio Rodríguez Peláez y trece más, (entre ellos el de Villa) sin la práctica de la auptosia como asimismo las causas de la muerte de los paisanos o militares según aquellos individuos fuesen".
Por último, naturalmente la Escuelas Militares del Ejército de la República tenían sus registros, precisamente porque eran escuelas Militares del Gobierno de España, sus mandos de carrera, y sus nombramiento oficiales se publicaban en el Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional. No confundir este término "nacional" en el sentido franquista.
Aprovechando la presente respuesta, le participo al lector peuvecista que desconozco si existe propuesta de retirada de la placa dedicada a Emilio Villa. Es más, me importa un bledo lo que hagan con la placa. La Historia, tarde o temprano pone a cada uno en su sitio.
Me parece bien la opinión que cada uno pueda tener al respecto de lo que sea. Pero considere usted que esa placa está en la vía pública; considere que, como digo, la promovió un ayuntamiento de la dictadura; considere y, esto es lo más grave, que esa placa apuntala la leyenda del "buen negociador" y la malicía de los "rojos" que mataron a un hombre que quería dar una solución sin sangre.
ResponderEliminarSabemos, apartándonos del mito, que ese señor pertenecía a los sublevados; sabemos que ambos "bandos" no son igualmente légitimos, es más, que lo que hubo fueron rebeldes y leales a la Constitución; sabemos que si ese señor (por otro lado, vilmente asesinado, valga la redundancia), hubiera logrado su propósito negociador la represión no hubiera sido ni menos cruel ni sanguinaria; sabemos, según la Ley de Memoria Histórica, que los elementos conmemorativos o de exaltación franquista deben ser retirados. No sé, ya digo, a usted le puede importar un bledo, pero esa placa va en sentido contrario, absolutamente contrario, a los nombramientos producidos en el callejero y de los que usted se hace eco. No sé si había reparado en ello.
Por cierto, habla usted de la Historia como de un elemento sagrado, qué fe le tiene. Considere que la política, la publicidad, los medios de comunicación influyen hoy mucho más, pero ni se imagina cuánto más, que la Historia.
Un saludo para todos.
Nos interesa un comentario suyo Sr Eslava, díganos, ¿A estas alturas de la vida, por qué cree que no le han permitido consultar los archivos locales del Juzgado de Carmona? ¿Vé alguna "mano negra"? PVC
ResponderEliminarAmigo peuvecista: todas las consideraciones que usted hace, tan legítimas, son muy acertadas y sólidas. Lo de que “me importa un bledo”, lo recoge usted al pie de la letra, y como comprenderá hay matices que le explico.
ResponderEliminarLo que para mí tiene relevancia es el hecho de que exista una Ley de Memoria Histórica; y las leyes están para que se cumplan, siendo las autoridades las encargadas de hacerlas cumplirlas, sin más ambages ni discusiones, porque esa es la voluntad popular emanada del Parlamento.
Dentro de esta ley, desde mi óptica, hay cuestiones de diverso rango. Por ello considero que la retirada de la placa de Villa, la cruz de los caídos de las Descalzas, la medalla de oro de la ciudad de Carmona concedida al dictador por un Consistorio franquista, el título de hermano mayor de la Hermandad de San Felipe otorgado al Caudillo, etc, etc, son elementos secundarios; porque a veces vale más la permanencia del documento, obra, o testimonio público para la historia que su propia desaparición. Le pongo como exponente máximo los campos de concentración nazis.
Otra cosa es que determinados elementos de ultraderecha mantengan determinados símbolos para exaltar los totalitarismos y justificar el régimen del 18 de julio, repudiado y condenado por todos los tribunales internacionales. Esto está considerado en democracia como delito. En Alemania seguro que conlleva cárcel sin titubeos y en Israel no le digo nada.
Lo esencial de esta Ley y prioritario para mí es la dignificación de las víctimas del franquismo, la exhumación de fusilados y asesinados enterrados en fosas comunes, los estudios y trabajos para dar luz a la represión contra los defensores de la legalidad republicana… Esto sí requiere el esfuerzo común de todos los demócratas. Y no se hace en un día. Quitar una estatua, una placa, una cruz o pedir a la Fundación Franco la devolución de una medalla o documento honorífico se hace en cinco minutos, a sabiendas que quien se opone a ello entra en el ámbito de aquella certera frase: “Los menos fascistas de entre los fascistas, también son fascistas”.
Por último, la Historia en Democracia siempre saldrá vencedora de los vaivenes de la efímera publicidad o actualidad puntual de los medios de comunicación. “Carmona Tricolor” es un ejemplo. Saludos.
Apreciado don Francisco, no vea animosidad en mis palabras, pero no puedo estar de acuerdo con todo lo que dice. Una cosa es mantener un vestigio del pasado de manera aleccionadora y otra hacerlo tal cual, lo que lleva a confusión. Los campos de exterminio nazi son museos de los horrores, seleccionados (algunos) para mantener la memoria viva de lo que supuso aquello. Vale. Pero se explica dónde, cómo y quiénes cometían aquellos horrores. Me quiere usted decir, ¿dónde y cómo se explica que esos símbolos, que por otro lado tan bien ha inventariado, fueron exvotos que los golpistas dedicaron a los suyos?
ResponderEliminarCreo que es más doloroso poner un "cartelito" aclaratorio debajo de la dichosa placa, diciendo quién era el personaje ahí conmemorado y quiénes lo conmemoraron que, directamente, quitarla. Con el resto de figuras conmemorativas, me parece que también. Lo que mueve a confusión es dejarlo tal cual. No podemos disponer de un guía permanente que le aclare a todos los que visiten y vivan en Carmona (porque muchos no lo saben) estos símbolos de exaltación que dispuso la dictadura.
Sería inconcebible, ya que cita el caso alemán, que se mantuviese una placa conmemorativa de un nazi local, erigida por un gobierno local nazi, por mucho que ese nazi hubiese sido asesinado por quien fuera. Tampoco el resto de símbolos que usted cita.
Ahora bien, que la placa se quita y pasa a un museo del franquismo y ésta se explica, como pasa en los yacimientos arqueológicos u otros museos, con un "cartelito", pues vale. Pero no creo que merezca la pena ni el dinero que habría que gastar en ello. Creo que lo más limpio, económico y directo es quitarla. Por cierto, sería una buena foto-denuncia, ya que este medio dispone de esa sección. Y la ley, como usted bien dice, obliga.
En cuanto a la Historia, lo que quería decir es que los ciudadanos suelen informarse por la radio, los periodicos, la televisión, no por las obras de historia. Lamentablemente, hay más probabilidad de que un ciudadano de Carmona o alguno que vaya por Carmona se "informe" por la dichosa placa y luego por un medio de comunicación digamos confesional que por el libro que cita. La conclusión será clara: "maldad de los rojos, que lo tuvieron muy merecido". No sé si me explico.
Un saludo para todos.
Al lector comentarista interesado en la consulta del archivo del Juzgado de Carmona.
ResponderEliminarDurante el trabajo de investigación y desarrollo de “Carmona tricolor” pedimos los correspondientes permisos para consultar los archivos en el Juzgado de Carmona. La entonces Sra. Juez titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2, encargada del registro civil, Doña Rocío Marina Coll, fue todo un ejemplo de exquisito trato y disposición para realizar las consultas. Durante los tres meses de trabajo que ocuparon las mismas dispusimos de mesa de escritorio, sillón y libros de registros, bajo la supervisión y excelente servicio de la funcionaria encargada de su custodia, más el anecdotario de la intermitente y curiosa mirada de los guardias civiles vigilantes del edificio. Gracias a esta predisposición de su señoría pudimos confrontar numerosos datos y recabar otros muchos nuevos que fueron imprescindibles para la ejecución del trabajo.
Sin embargo desde la Secretaría encargada del archivo, del Juzgado nº 1, también de Carmona, todo fueron pegas por parte de los dos funcionarios que ocuparon destino: Consultas legislativas, consultas al Tribunal Superior, solicitudes por escrito, respuestas que no llegan, vacaciones de funcionarios… Todo esto nos llevó a presentar una queja al Defensor del Pueblo, del que recibimos vaguedades como respuesta.
Al final no pudimos acceder al mismo por “no disponer el juzgado de personal para la solicitud presentada”. Creo que hubo falta de voluntad en dar el servicio requerido.
No hay que desfallecer. Algún día se abrirá. La pena es que cuando llegue y debido al estado de abandono en que se encuentra, hayamos perdido esa valiosa información documental de Carmona.
Si desea una opinión de interés por el prestigio del ponente, le remito a “Actas del IV encuentro provincial de investigadores locales” (Casa de la Provincia. Diputación de Sevilla. Sevilla 2008.) donde Antonio Lería en la página setenta y tres desarrolla su posicionamiento bajo el título “Memorieta histórica”.
Pero efectivamente, como usted señala solapadamente, en determinados archivos hay no una mano negra, sino todo un montaje de manos negras con guante blanco que saben lo que se traen entre manos.
Un ejemplo de lo que digo saltó hace poco en prensa con relación al Archivo del Tribunal Territorial nº 2 de Sevilla. (Consultar hemeroteca).
Sr Eslava, díganos su opinión. ¿Qué falló en la izquierda republicana para que no fuera capaz de asentar dos repúblicas ni mermar a la monarquia durante la transición? Los tres eventos terminaron de forma "agria", el segundo costó un millón de muertos. PVC
ResponderEliminarA PVC sobre petición de opinión.
ResponderEliminarCoincidiremos en lo básico: La I y II República Española fueron derribadas por sendos pronunciamientos militares promovidos y apoyados por una oligarquía privilegiada de derechas, la monarquía y la iglesia católica, nunca por fallos del sistema democrático, ni de corrientes ideológicas concretas.
Las consecuencias de estos pronunciamientos están ahí, en la Historia, incluida el millón de muertos. Los golpistas saben de antemano que su triunfo, régimen y supervivencia se construye sobre cadáveres.
Dos buenos análisis claves de los problemas del afianzamiento democrático están recogidos en estos libros que recomiendo: “Las memorias de Manuel Azaña” y “Durruti en la Revolución Española”, de Abel Paz.
La otra cuestión; el papel de la izquierda republicana en la restauración monárquica borbónica del período llamado Transición fue clara, como Vd. conoce; las alternativas al régimen franquista fueron: la ruptura o la transición negociada. La mayoría de los partidos de izquierda optaron por la segunda, renegando incluso de sus estatutos que los definían como republicanos. Se pasó de: “España mañana será republicana” a “Pájaro que vuela a la Zarzuela”. Aquella renuncia significó un apoyo tácito a la figura del monarca designado por el dictador y la conversión ipso facto de los ciudadanos en súbditos de su majestad. La Jefatura del Estado fue impuesta en la consulta constitucional. O monarquía o monarquía. O Borbón o Borbón. Cuando temas de esta envergadura y de debate nacional se quieren imponer, o disfrazar con argumentos de “o lo tomas o lo dejas”, tarde o temprano, vuelven a resurgir legítimas voces discordantes que apelan a la esencia de la democracia: el sufragio para toda representación popular, incluida la Jefatura del Estado.
La III República sigue siendo un objetivo irrenunciable para los demócratas.
Tajante respuesta la suya Sr Eslava, además coherente. Le ha metido usted el dedo en la llaga a mas de uno. Nuestra felicitación por su respuesta. PVC
ResponderEliminarEntonces, Sr. Eslava, ¿qué sentido tiene,entonces, que esos partidos de izquierdas que usted señala y que volvieron la espalda a la república y facilitaron la implantación de la monarquía, se gasten nuestro dinero en "recuperar la memoria"? ¿A qué juegan, si en lugar de arrimar el hombre y dar la cara en su momento (algunos en otras fechas dieron su vida)lo que hicieron fue colocarse y empezar "a chupar del bote"?
ResponderEliminarLa recuperación de la memoria histórica puede que le venga bien a más de uno, pues con ella conocerá dónde está y de donde procede (en política). Si me apura, a todos, de derecha, de centro o de izquierda; y seguir invirtiendo en Historia -empezando por la más cercana- toda una apuesta por la salud democrática presente y futura; naturalmente esta inversión que ha de hacerse con “nuestro dinero”.
ResponderEliminarCuando los dirigentes de izquierda pactaron la Transición, decidieron participar en un “nuevo régimen”, rompiendo amarras con los principios republicanos, salvo excepciones. La Esquerra Republicana de Cataluña con Tarradellas al frente, como Presidente de la Generalidad desde 1954, en el exilio, fue todo un ejemplo de cómo la legalidad institucional democrática, emanada de la II República, pudo engarzar triunfante con el final de la dictadura que la aplastó.
La ley de memoria histórica es hoy, pues, un intento de resarcimiento (ojo: un intento) de lo que pudieron hacer los partidos de izquierda en su día y no lo hicieron por razones varias; entre ellas, las que usted apunta, pero sin generalizar. No todos los políticos se dejaron comprar por un escaño, pesebre o bote. En este compendio, mi conclusión es que, a no mucho, los libros de Historia de España recogeran este período como el de la Restauración Borbónica; lejos del advenimiento de la Democracia, que está por llegar, no lo dude.
Sr.Eslava los relatos vertidos sobre el asesinato de Emilio Villa Baena son falsos. Los suyos y lo escrito por otro señor de Carmona, creo que fabricante de muebles, alejados tambien de su versión.
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