miércoles, 11 de febrero de 2009

Ntro. Padre estrenó Paso. Tradición y Vanguardia

Por Manuel López Vera.

En esta Semana Santa ha habido una verdadera expectación en el mundo cofrade por el estreno del paso de la hermandad del Silencio. Es curioso que hubiera tantas opiniones en contra y que nadie hubiera visto el paso antes de su salida procesional.

Yo estaba muy interesado y expectante, me parece muy valiente por parte de esta primitiva hermandad apostar por el cambio, por como ellos dicen “…una bocanada de aire fresco, una apertura de nuevos caminos, una actualización de los conceptos clásicos, innovando y aportando soluciones estéticas y técnicas inéditas hasta el momento…”. Sin duda la apuesta es fuerte y arriesgada, pero estoy seguro de que Juan Fernández Lacomba ha sabido afrontar este reto, que ha sabido conjugar tradición con el lenguaje más actual y moderno.

Ha un magnifico broche para la celebración del cuatrocientos aniversario de la factura del Cristo, el estreno de este magnífico e innovador paso. Aunando el siglo XVII y el XXI en un mismo proyecto, en unas mismas andas procesionales el barroco con el lenguaje moderno. Ha sido curioso ver en un mismo cortejo el paso de palio más antiguo y clásico junto con el paso de misterio más actual y moderno. Un paso que según su autor contempla tres conceptos fundamentales: el risco, o camino-roca; la idea del cáliz-patena, como eco de la forma metafórica del sacrificio; y la misma forma de altar-andas, dentro de la más estricta tradición y de la ineludible funcionalidad procesional misma. Lo dicho, el lenguaje artístico del XVII con un lenguaje como la poesía moderna, sencilla y simple en las formas pero cargada de simbolismo, significado y contenido.

Seguro que Juan Fernández Lacomba ha sabido cumplir con las expectativas de la hermandad que la realización sea un paso actual, nuevo y moderno, pero que encaja perfectamente en la cuidada estética de la Hermandad y diseñado expresamente para que resalte la imagen de Nuestro Padre, que es, al fin y al cabo, el propósito que se persigue.

Pero el estreno más importante que ha realizado esta hermandad es que las hermanas por fin han podido ocupar un sitio igual que los hombres en el cortejo procesional del Viernes Santo. Las hermandades y cofradías no deben renovar, estrenar o modernizar solamente sus enseres. Sino corren el peligro de quedarse solo en aspectos formales y vacíos de contenido. Las hermandades son también hijas del Vaticano II y no solo nietas de Trento. Esta hermandad ha sido la última en reconocer este derecho a las mujeres y eso si que es una renovación del lenguaje, de actualización a los tiempos modernos, quiero felicitar a la hermandad por esta aprobación. Más vale tarde que nunca.

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